Agricultura de precisión y sostenibilidad

Nuestra investigación en agricultura de precisión está abordando desafíos clave en una variedad de sistemas agrícolas, incluida la viticultura, cultivos extensivos, productos lácteos y azucareros. Trabajamos con la industria para desarrollar y perfeccionar herramientas para evaluar, monitorear y corregir los riesgos ambientales y económicos asociados con las prácticas agrícolas.

El reto
Necesito producir más con menos

Es innegable que nuestra tierra agrícola es variable. Los paisajes rurales generalmente comprenden una mezcla de tierras planas y montañosas, una variedad de usos de la tierra y líneas de drenaje que van desde pequeños arroyos de corta duración hasta grandes ríos. Existe una variedad de tipos de suelo y propiedades del suelo y puede haber una diversidad considerable de función y condición del ecosistema en todo el paisaje.

Vista aérea de campos de cultivo mixto. Agrandar imagen
Vista aérea de campos de cultivo mixto.

Una consecuencia de la variabilidad del paisaje es que la productividad también es variable. Los agricultores han sabido esto desde que han estado cultivando cultivos, pero sin métodos para observar o reaccionar a esta variación, se han visto obligados a administrar los potreros y las granjas como si fueran uniformes. Las condiciones dinámicas compradas por la sequía también requieren mejores respuestas de gestión para planificar escenarios adversos y mitigar sus impactos.

Un desafío importante para la agricultura es identificar formas de aumentar la productividad con mayores limitaciones ambientales (menos y diferentes insumos). Mientras continuamos optimizando el uso de insumos, necesitamos encontrar más formas de aumentar los rendimientos potenciales, maximizar la rentabilidad y permitir que la industria responda a las oportunidades del mercado.

Nuestra respuesta
La información conduce a una mayor eficiencia y beneficios adicionales

Estamos investigando la aplicación de la gestión de precisión en una variedad de sistemas agrícolas, incluida la viticultura, los cultivos extensivos, los productos lácteos y el cultivo de azúcar. Nuestra investigación también analiza el desarrollo y el perfeccionamiento de herramientas para evaluar, monitorear y corregir los riesgos ambientales y económicos asociados con las prácticas agrícolas, lo que puede resultar en un uso eficiente del agua y los fertilizantes, la gestión dirigida de la contaminación por nitrógeno y el mantenimiento de la fertilidad del suelo.

La agricultura de precisión busca ejercer más control sobre un sistema de producción reconociendo la variación y gestionando diferentes áreas de tierra de manera diferente, de acuerdo con una variedad de objetivos económicos y ambientales. Para ello, las herramientas de la agricultura de precisión se utilizan para recopilar grandes cantidades de datos sobre el rendimiento de cultivos o animales y los atributos de áreas de producción individuales (por ejemplo, campos, potreros y bloques) con una alta resolución espacial.

Varias tecnologías habilitadoras son fundamentales para la agricultura de precisión. Estos incluyen el sistema de posicionamiento global (GPS), los sistemas de información geográfica (GIS), la tecnología de tasa variable (VRT), los sensores de suelo y los monitores de rendimiento que, con el GPS, permiten recopilar registros de rendimiento georreferenciados ‘sobre la marcha’. durante la cosecha. La detección remota y proximal del dosel de los cultivos también suele ser invaluable, mientras que los modelos digitales de elevación suelen ser clave para comprender la variación tanto en los cultivos como en los suelos. Con estas tecnologías, los productores pueden observar, comprender y gestionar mejor la variabilidad en sus sistemas de producción al adaptar los insumos a los resultados deseados.

La agricultura de precisión también se puede utilizar como herramienta para ayudar a adaptar el uso de la tierra a la capacidad de uso de la tierra. Esto ayuda a abordar los problemas de sustentabilidad al optimizar la rentabilidad en las partes productivas del paisaje mientras se conserva la biodiversidad y la base de recursos naturales en las partes menos productivas.

La cosecha selectiva y la segregación de productos, que ya se han aplicado con éxito en la viticultura, también podrían ayudar a los productores de cereales a obtener mayores aumentos en la rentabilidad.