La utilización de drones en el control biológico de plagas, evitando el uso de agroquímicos, está creciendo en el mundo, según la consultora BayWa AG. Estos instrumentos tecnológicos de la agricultura de precisión, están mejorando nuestra relación con el medio ambiente, aunque, valga la pena decirlo, es un poco costosa.
Por otra parte, esta nueva modalidad de gestión agrícola, requiere de un adecuada programa de formación, a los fines de lograr el éxito de los mismos.
Entrando en materia, sólo en Alemania, la cantidad de hectáreas tratadas con drones para la realización de control biológico, se duplicó en 2019 en comparación con el año anterior.
Una de las plagas que se combate con mayor efectividad a través de los drones es el barrenador europeo del maíz, una de las plagas que, a nivel mundial, causa los mayores estragos en ese cultivo. Afortunadamente, existen controladores biológicos efectivos para esa plaga.
Se estima que el 4% de la cosecha mundial de maíz, alrededor de 41 millones de toneladas, está siendo destruida por el barrenador europeo del maíz cada año, según BayWa AG.
Para combatirlo sin el uso de productos químicos, se esparcen con drones, controlados por GPS, los huevos de la avispa parásita (Trichogramma), un enemigo natural del barrenador europeo del maíz,
Los drones vuelan sobre el campo de acuerdo con una ruta predeterminada y, automáticamente, liberan cápsulas con los parásitos del barrenador.
Por supuesto, lo que se detalla es solo parte del control. Sin embargo, los drones son utilizados para realizar el monitoreo del cultivo, a los fines de detectar que lotes se ven afectados por la plaga, contribuyendo a generar los famosos mapas de plagas. De esa forma, el controlador es liberado en el momento correcto, en el lugar correcto.